Skip to content

Underground y Contracultura en la Cataluña de los 70

iAbrid las rejas! iTumbad los muros! iSaltad los abismos!

Palau Robert (Barcelona) Del 2 de junio de 2021 hasta el 6 de marzo de 2022
CentroCentro (Madrid) Del 20 de octubre 2022 hasta el 5 de marzo de 2023

Los años setenta del siglo xx vieron florecer en Cataluña toda una serie de movimientos de resistencia al régimen con el rasgo común de su generosa vocación social y comunitaria, la mayoría de ellos vehiculados de forma creativa en lo que supuso una verdadera revolución cultural en prácticamente todas las disciplinas, con especial intensidad en la música, el cómic, el teatro, la poesía y la edición.


La exposición «Underground y contracultura en la Cataluña de los 70», presentada en el Palau Robert de Barcelona y en CentroCentro de Madrid, incluye multitud de documentos de época recopilados y comentados por Pepe Ribas y Canti Casanovas, comisarios de la muestra, quienes trazan un guión a partir del arco cronológico de los setenta, sumando la mirada personal que les otorga haber sido parte activa, muchas veces de implicación directa, en los acontecimientos aquí descritos.

Los tiempos sí cambiaron

Por fin una exposición del underground y de la contracultura de los años 70 en Cataluña. Fueron unos tiempos de creatividad desbordante, sin cánones impuestos, vividos al margen de prebendas, partidos e instituciones. Las incoherencias del régimen franquista en su decadencia, la persecución política centrada en los partidos marxistas e independentistas y la distancia geográfica del centro neurálgico del poder posibilitaron la abertura de unas grietas por las que se coló una parte de la juventud inquieta y conectada con las corrientes contraculturales que llegaban de fuera. 

Durante los años de inestabilidad política a causa de la lucha entre franquismo y democracia, esa juventud consiguió experimentar la libertad. Había una necesidad existencial urgente de escapar de las garras del autoritarismo en tiempos de rock and roll, contracultura y mayo del 68 francés. No fue fácil. Costó sobresaltos, multas, secuestros, palos, juicios y detenciones. Sin embargo, la imaginación y el entusiasmo desbordaron los muros, poblaron las calles y liberaron las mentes.

El experimento de la libertad favoreció encuentros físicos, asociaciones, viajes y espacios compartidos que hoy pueden parecer inverosímiles. Se renovó la música popular a través del folk, de la música progresiva y también de la música layetana; nacieron compañías de teatro que trastocaron la escena, incorporando el mimo, la máscara, lo grotesco, la expresión corporal y el ingenio. Por muchos palos que entorpecieran el camino, el arte se unió a la vida. Aquella desvergüenza y aquella ruptura vital multiplicaron la sed poética y la necesidad de conversar hasta compartir las experiencias en plena era del Nosotros. Nació el comix underground como metralla contra la mente oprimida, se abrieron espacios de libertad donde encontrarse, comunicar, fumar y escuchar música. 

Fueron muchos los que huyeron de las familias autoritarias para compartir viviendas y montar comunas. Las Ramblas barcelonesas se transformaron en un foro público donde la gente se encontraba gratuitamente sin necesidad de teléfonos. Aparecieron revistas contraculturales sin subvenciones ni inserciones publicitarias, así como multitud de fanzines y cuadernos de poesía. 

No solo se luchó para reivindicar la libertad sexual, el feminismo y los derechos de los homosexuales; también se desarrollaron las medicinas alternativas, los estudios sobre las energías blandas y la agricultura biológica, y estallaron las primeras movilizaciones en defensa del medio ambiente. En el campo de la psiquiatría, se produjo un movimiento de sensibilización para acabar con los electrochoques y los manicomios. Nació la objeción de conciencia y se organizaron concentraciones masivas a favor de la amnistía, también de los presos comunes. 

Aquella primavera de la libertad acabó tras la primera oleada punk, el caso Scala, la fragmentación del underground y de la contracultura, la culminación de los pactos de la Moncloa y el advenimiento de la era del Yo. Sin embargo, las nuevas formas de vida que habían surgido propiciaron muchas de las mentalidades y libertades civiles que hoy disfrutamos en nuestra cotidianidad, sin apercibirnos de que tienen un origen y de que nada es como antes del 68.  

Mi agradecimiento a Jordi del Río por confiarme el encargo de comisariar la exposición, a todo el equipo del Palau Robert por su labor y a Canti Casanovas, el socio insuperable que es tan autor de esta expo como yo. También a Dani Freixes, arquitecto de la muestra, y a la diseñadora Gemma Villegas por el ingenio desarrollado, y, por supuesto, a los muchos protagonistas de nuestra generación que han cedido materiales y han compartido informaciones y consejos sin los que nuestra labor no hubiera sido posible. 

Por último, quiero resaltar que todos los materiales utilizados pertenecen exclusivamente a aquellos años vividos entre dos mundos.

Pepe Ribas, mayo de 2021

Fotos ©LaPerspectiva

© 2025 Asociación Cultural Ajoblanco

Amb el suport de

logo-ministerio-cultura
logo-generalitat