En el descanso de la comida estuve comiendo con dos compañeros, estupendos, uno de ellos no paraba de relacionar una idea con otra, de hablar de educación, migraciones, cultura con una alegría y jovialidad brutal. No obstante hablaba de los 70, de la CNT, de Montseny, con una naturalidad y cercanía impropia para alguien de mi edad, o eso pensaba yo... porque ya le pregunté, oye, y tú que edad tienes?..Me dice, tengo 69 años...
No sé como se llama el compañero, pero creo que es una buena metáfora de Ajoblanco, la lucidez que da la experiencia, pero también, la alegría, la ilusión de gente con unas ideas que aún pareciendo antiguas, hace de quien las defiende personas que morirán siendo jóvenes... un abrazo…
Foto: David Lorente
Por fin una exposición del underground y de la contracultura de los años 70 en Catalunya. Fueron unos años de creatividad desbordante, sin cánones impuestos, vividos al margen de prebendas, partidos e instituciones. Las incoherencias del régimen franquista en su decadencia, la persecución centrada en los partidos políticos marxistas e independentistas, y la distancia geográfica que nos alejaba del centro neurálgico del poder, posibilitaron unas grietas por las que se coló una parte de la juventud inquieta y conectada con las corrientes contraculturales que llegaban de fuera.
Jaime Rosal era un tipo raro. Traducía a los franceses de la Ilustración (una gauche divine más bien olvidada), decía lo que pensaba y fumaba en pipa con delectación.
El Palau Robert prepara una exposición que reivindica la contracultura de los setenta.